Hoy queremos presentaros un lugar emblemático de Madrid, referencia absoluta del sector del aceite de oliva virgen extra español. Se trata de la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero, un lugar que todo amante o aficionado al aceite de oliva tiene la obligación de conocer.
Con más de 50 años de vida, ubicada en un entorno privilegiado de la capital, se empeñan día a día en acercarnos un poquito más a la cultura de uno de nuestros tesoros más preciados.
Una organización sin ánimo de lucro, sometida al protectorado del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que entre otros muchos fines de interés general, colabora con las Administraciones Públicas, promueve y subvenciona trabajos de investigación del sector olivarero y del aprovechamiento industrial del aceite, colabora con estudios sobre las ventajas terapeúticas del aceite de oliva, organiza y participa en seminarios, exposiciones, ferias, congresos, y un sin fín de acontecimientos que bien merece la pena resaltar.
Nosotros queremos fijarnos de un modo especial en su inimitable Tienda-Exposición, ubicada en la calle de Mejía Lequerica, entre Alonso Martínez y el emblemático barrio de Chueca, que desde la década de los 60 viene realizando una espectacular tarea de promoción del aceite de oliva español, y sirviendo como escaparate de cientos de marcas que, cada día, buscan hacerse un hueco en un mercado cada vez más competitivo, donde la calidad y la imágen tienen un peso específico determinante.
Más de 230 marcas de aceite representadas, originarias de cada uno de los rincones de la geografía española, perfectamente estructuradas, respondiendo con rigor a su denominación de orígen. Aproximadamente 1000 referencias, que dan cobertura a todo tipo de formatos, desde la miniatura hasta los formatos más grandes para uso doméstico. Formatos clásicos, diseños innovadores, cajas para regalo, cajas de cata, sets pensados para turistas, en definitiva, todo un abanico de posibilidades entre los que poder elegir el aceite que mejor se adapte a nuestro gusto.
Al mando, nos encontramos con Pedro Javier Rodrigo, la “Wikipedia” del aceite de oliva español. Con dos décadas de conocimiento a sus espaldas, escucharle es un auténtico placer. Conoce cada D.O. cada variedad de aceituna, sus orígenes, su sabor, sus caracterísitcas, las almazaras, las cooperativas… Podemos preguntarle por un “coupage” específico para que de inmediato te proporcione aquellos aceites que cumplen con tu demanda. A veces, sólo tienes que contarle que uso vas a darle a tu compra, porque te ofrecerá tantas alternativas como sean posibles.
Llama la atención la increíble diversidad de su público: Allí confluyen aquellas personas que recuerdan con añoranza los tiempos, casi en blanco y negro, desde los que acudían a comprar su “litro” de aceite para cocinar, y que hoy, tantos años después, siguen visitándola con el mismo fin que entonces: “Quién lo ha visto y quién lo ve” comentan, mientras se acercan a tí y te detallan una historia o una anécdota de la tienda o del barrio, que todavía hoy se resisten a olvidar.
Resulta sencillo escuchar a otro cliente preguntar por los últimos aceites premiados por el Ministerio de Agricultura, sabedores de que estan en el lugar adecuado. Turistas, mapa en mano, ávidos de incorporar a su equipaje el presente más típico de las tierras espñaolas. El sabor no es determinante, seguramente muchos no saben la cantidad interminable de alternativas de que disponen, pero en su caso, necesitan un packaging lo suficientemente llamativo para hacer las delicias de la persona que lo recibirá.
Otros estan encantados de tener un lugar donde poder comentar o discutir acerca de sus aficiones culinarias, o tan solo, poner a prueba los conocimientos que cada día va adquiriendo: –“En mi última visita me llevé un aceite arbequino, hoy tal vez me llevaré algo más intenso para probar….”
Nosotros queríamos hacer una mención especial para una entidad y unas personas que tanto han hecho por este sector, sin los que, probablemente, todavía estaríamos muy lejos de alcanzar las cotas de conocimiento que afortunadamente hoy tenemos. No sólo en España, donde todavía tenemos mucho que aprender, sino también lejos de nuestras fronteras, podemos apreciar como poco a poco la cultura del aceite de oliva escala posiciones y se instala con rotundidad como uno de los ingrediente básicos en todo tipo de cocina.
Así pues, desde aquí, tan sólo nos queda decir: “Muchas Gracias Patrimonio”.